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Estados Unidos es el único país del primer mundo que impone una obligación fiscal a los ciudadanos estadounidenses, vivan donde vivan o trabajen donde trabajen (con o sin pasaporte, titulares de la tarjeta verde y otros). En esta página explicaremos brevemente la ley fiscal de EE.UU., sus consecuencias prácticas y el impacto emocional en los afectados.
El impuesto mundial estadounidense está en vigor desde aproximadamente 1860. Durante la Guerra Civil, muchas personas intentaron evitar el servicio militar huyendo al extranjero. Como represalia, se aprobó una ley que obligaba a los estadounidenses a pagar impuestos en EE.UU., aunque vivieran fuera del país. La idea era que ser ciudadano estadounidense implicaba una responsabilidad fiscal. Aunque la ley lleva más de 100 años en vigor, muchas personas aún la desconocen.
En 2010, el Presidente Obama introdujo la ley FATCA (Foreign Account Tax Compliance Act), con el objetivo de detectar a los estadounidenses con cuentas bancarias en el extranjero no declaradas. FATCA obliga a todas las instituciones financieras (bancos, compañías de seguros, fondos de pensiones, etc.) a reportar la información financiera de ciudadanos estadounidenses al IRS. El incumplimiento de FATCA implica multas exorbitantes y sanciones internacionales.
(Véase: FATCA explicada en cuatro minutos.).
Los ciudadanos de EE.UU. que no declaren sus cuentas bancarias en el extranjero pueden enfrentar multas elevadas, de hasta cientos de miles de dólares, e incluso cargos criminales. Ahora, por primera vez, se investiga activamente a los estadounidenses que residen fuera del país.
Afortunadamente, el IRS ha establecido el procedimiento simplificado (Streamlined Procedure) para los ciudadanos que desconocían esta ley, lo que les permite regularizar su situación sin penalizaciones.
Los fundadores de Americans Overseas, nacidos en los Países Bajos, recibieron la ciudadanía estadounidense a través de su madre. En 2012, al enterarse de esta ley, no lo creyeron. Sintieron:
Lamentablemente, la obligación fiscal de EE.UU. es real. Al buscar información, descubrieron que la administración local no podía ayudar y que el consulado los remitía directamente al IRS.
Para ayudar a los afectados, creamos Americans Overseas con el fin de:
En el 90% de los casos que recibimos, las soluciones son sencillas y no implican el pago de impuestos a EE.UU.
Casi todas las personas afectadas terminan acogiendo el Procedimiento Simplificado. Este programa de amnistía fiscal del IRS permite regularizar la situación sin recibir multas.
Advertencia: Este programa podría continuar por años o ser cancelado sin previo aviso. (El IRS suele comunicarse de forma agresiva, lo que genera ansiedad).
Nosotros también tuvimos muchas dudas al enterarnos de esta ley. Por eso, hemos recopilado respuestas a preguntas frecuentes en nuestro centro de conocimientos:
Siempre puede llamarnos para una consulta gratuita o para hablar con un experto en fiscalidad estadounidense.
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